El futuro está aquí. El siglo XXI trajo consigo una revolución digital en todos los ámbitos de nuestra vida, y la educación también está sufriendo una transformación progresiva. En este artículo, vamos a observar la gran influencia que la revolución tecnológica está teniendo en las escuelas, donde las necesidades de los alumnos se cubren de una forma más eficaz y los conocimientos se imparten de una forma más dinámica, En definitiva, nos centraremos en estudiar cómo la educación está cambiando bajo un paradigma completamente diferente e innovador.
El confinamiento ha cambiado nuestra forma de entender la educación, pero las clases online son solo la punta del iceberg de una transformación mucho más profunda. Los educadores han tenido que reinventarse en estos tiempos de necesidad, en el que además de enseñar, deben asegurarse de adaptar sus competencias a un marco formativo totalmente nuevo. Además, no todos los profesores y alumnos estaban familiarizados con las herramientas tecnológicas formativas que se usan hoy en día, por ello este cambio ha supuesto un proceso de adaptación enorme para ellos.
Cómo era el sistema educativo tradicional y el profesor del pasado
Las metodologías y los contenidos impartidos necesitan adaptarse para poder afrontar con garantías el complejo y diverso futuro que nos aguarda. Antes de entrar en detalle y conocer cómo la tecnología está alterando las escuelas del futuro, es necesario comprender y analizar la metodología empleada por el profesor en el pasado.
Los alumnos solían basar su aprendizaje en las explicaciones del profesor y en el uso de libros de texto u otros materiales (normalmente en papel), para que después el alumno afiance estos conocimientos con ejercicios y trabajo en casa.
En la mayoría de casos, se evalúa al estudiante con uno o varios exámenes, trabajos o ensayos, en los que el alumno debe demostrar que entiende las diferentes cuestiones teóricas y prácticas asociadas a la materia, con el que consigue una calificación que refleja el nivel de conocimiento que el alumno tiene de la materia.
Esta metodología clásica, aunque ha resultado efectiva durante mucho mucho tiempo, está empezando a presentar algunas carencias, que pueden llevar al alumno a la desmotivación, el desinterés o incluso a una adquisición de conocimientos muy superficial. Estas carencias se acentúan con la llegada de la tecnología y la transformación digital que estamos viviendo, ya que aunque existen alternativas más atractivas para el alumnado y para el personal docente, la inclusión e integración de la tecnología en las escuelas, se hace, con frecuencia, de una forma muy superficial.
La gran mayoría de las instituciones académicas, docentes y alumnos asumen que la integración de la tecnología en las escuelas consiste únicamente en reemplazar elementos como el lápiz o el papel por herramientas más avanzadas como la tablet, la pizarra electrónica y las plataformas virtuales, cuando en realidad es un cambio mucho más profundo y sustancial.
Cómo es el nuevo marco formativo y el profesor del momento actual
Los cambios en la educación vienen instaurándose poco a poco desde hace tiempo, cuando el desarrollo de internet convirtió el acceso a la información en una cuestión de apenas segundos. La educación híbrida es el futuro, y más allá de la formación básica obligatoria, todas las instituciones tendrán que adaptarse al nuevo escenario digital.
Los docentes deben convertirse en creadores de contenidos y fomentar un entorno de aprendizaje, estén o no presencialmente con sus alumnos, la educación de calidad tiene que ser accesible para todos, y la digitalización es la única forma de alcanzar ese objetivo.
El profesor de hoy en día es un profesor que se adapta a la situación actual: es flexible y abierto de mente a nuevos retos y posibilidades. A diferencia del profesor tradicional, el profesor actual no se siente abrumado por la tecnología, aprecia la tecnología como una oportunidad de mejorar y de transmitir sus conocimientos de una forma única y diferente. El profesor actual no solo usa libros de texto, de hecho es posible que ni los use: su material puede basarse en power points, artículos, noticias o incluso películas y vídeos. Las clases de hoy en día son mucho más colaborativas, haciendo al alumno partícipe de lo que se aprende.
Los problemas para implementar la digitalización
La digitalización trae consigo cambios sociales profundos, pero la educación no está teniendo prisa por adoptarlos. Por ejemplo, un gran número de niños se quedaron sin acceso a la educación, ni física ni online, durante el inicio de la pandemia, como consecuencia del cierre de los colegios. Para proveer este acceso equitativo existen organizaciones como la Fundación ProFuturo, que desarrolla programas de educación digital para niños y docentes de entornos vulnerables en países de Latinoamérica, Asia, África y el Caribe.
Encontrar un equilibrio entre las ventajas de la socialización en el aula y las oportunidades que abre la tecnología es complicado. La escuela, al menos en el tramo de educación obligatoria, es una institución de cuidado y de tutela, no solamente de transmisión de conocimiento.
Por todo ello, es difícil sustituir la experiencia en un aula por una pantalla. La experiencia personal que ofrece un aula y el contacto con el profesor es insustituible en muchos casos, por lo que debemos trabajar para construir un futuro con una educación híbrida, que combine lo bueno de la enseñanza tradicional y la digital.